Lidia, joven talento de Alier del equipo de Investigación, Desarrollo e innovación. Alier una marca de papel 100 % reciclable para placas de yeso, bolsas de shopping y sacos de construcción entre otros materiales

De estudiante en prácticas a miembro del equipo de I+D+i: descubre la historia de Lidia en Alier

Autor/Alier — 15 julio 2024 LAS PERSONAS PRIMERO

En Alier, encontramos historias inspiradoras entre nuestros empleado/as, desde veterano/as que han dedicado media vida a nuestra compañía hasta jóvenes en prácticas que ahora son miembros oficiales de nuestro equipo. A través de estos colaboradores, hemos crecido y aprendido junto/as. Lidia Aisa Puiggardeu es un brillante ejemplo de este crecimiento. Está profundamente agradecida por haber formado parte de Alier y desea compartir su testimonio con nuestro equipo. ¡Le deseamos todo el éxito en su carrera profesional!

  • Hola, Lidia, gracias por compartir tu historia de crecimiento en Alier. ¿Podrías contarnos quién es Lidia y a qué te dedicas?

¡Hola! Soy Lidia Aisa, ingeniera industrial con un máster en Tecnología Papelera y Gráfica, y he sido parte del equipo de I+D+i en Alier. Me caracterizo por ser una persona curiosa, centrada en los detalles y tenaz, cualidades que han sido fundamentales en mi trayectoria hasta hoy.

  • ¿Cómo conociste a Alier y qué te motivó a ofrecernos tu talento?

Conocí a Alier gracias a las becas ASPAPEL. Cuando decidí estudiar el Máster de Tecnología Papelera y Gráfica en la ESEIAAT – UPC Escuela Superior de Ingenierías Industrial, supe que podría optar a una beca subvencionada por empresas del sector papelero. Alier destacaba por sus oportunidades para estudiantes y decidí investigar más. Lo que realmente me convenció fue su compromiso con la sostenibilidad medioambiental al producir papel 100% reciclado y reciclable.

  • Cómo fue tu desarrollo en Alier: ¿En qué posición comenzaste y cómo ha sido tu evolución desde entonces?

Empecé en la empresa como estudiante en prácticas del Departamento de Calidad. Allí tuve que adaptar mis conocimientos teóricos a la realidad industrial y profundizar en las aplicaciones prácticas, donde no todo es tan perfecto o preciso como en los libros. Cuando acabé mis prácticas y el TFM, pasé al Departamento de I+D+i. Aquí pude aplicar mucho de lo aprendido en calidad, para tener una buena base y poder llevar un paso más allá los proyectos. Poco a poco fui evolucionando como profesional con la ayuda de tutores, mis compañeros de trabajo, y a base de irme encontrando con situaciones variadas.

  • ¿Cómo te ha apoyado Alier en tu trayectoria desde que comenzaste como estudiante hasta convertirte en miembro del equipo de I+D+i?

Llega un punto en la vida de todo estudiante o profesional en la que no tienes claro qué hacer. Acabé ingeniería y tenía que decidir hacia dónde ir. Siempre me han interesado los materiales, la sostenibilidad y he tenido curiosidad sobre cómo se trabaja en la industria. Alier me dio una oportunidad inmejorable: financiaron mi máster, mientras realizaba mis prácticas remuneradas en la empresa a la vez que adquiría experiencia industrial y realizaba un TFM práctico y aplicable. Además, una vez acabados mis estudios, ¡Alier me propuso quedarme para formar parte del Departamento de I+D+i!

  • ¿Qué funciones principales desempeñaste en el departamento de I+D+i?

Mi función, junto con el equipo de I+D+i me permitió desarrollar nuevos productos e investigar posibilidades de mejora que permitan abrir mercados y avanzar en temas de sostenibilidad. Como mencioné antes, el compromiso con la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, siendo parte de los 4 valores fundamentales de Alier, son motivos inspiradores para sentirse fascinado por tu contribución personal al equipo.

LAS PERSONAS PRIMERO 15 julio 2024
15 julio 2024
  • Como joven talento, ¿Qué fue lo que captó tu atención en nuestro sector?

La verdad es que es un sector que de entrada no parece muy glamuroso, sin embargo, se está desarrollando a marchas forzadas. Normalmente, cuando pensamos en papel, solemos pensar en el típico A4 de impresora y eso es un producto que ahora puede llegar a parecer hasta anacrónico. En cambio, si pensamos en la imprescindible reducción del consumo de plástico, el claro sustituto en la mayoría de los casos es el papel. Intentar sustituir todo este plástico por productos de origen renovable y reciclables es un gran reto y requiere mucha investigación.

  • Lidia, cuéntanos sobre el premio de honor que recibiste en el máster. ¡Enhorabuena! ¿Cuáles consideras que son las claves de tu éxito?

Para ser honesta, me sentí sorprendida y, valga la redundancia, fue un honor para mí. Lo cierto es que no tengo una fórmula mágica para el éxito, porque si la tuviera, no fracasaría nunca y eso no es así. Sí que puedo decir que cuando haces y estudias lo que te gusta, todo es mucho más fácil. También quiero reconocer la tarea de los profesores del grupo Celbiotech, pues como estudiantes podemos esforzarnos más o menos, pero los buenos profesores inspiran a querer mejorar e ir más allá siempre.

  • Lidia, para terminar, ¿Qué te motivó a ser ingeniera y qué referentes tuviste en tu infancia? ¿Qué mensaje darías a las jóvenes que aspiran a convertirse en ingenieras?

Escogí estudiar ingeniería industrial porque vi todas las puertas que me podía abrir. Siempre he sido una persona inquieta y con muchas ganas de aprender y en el momento de elegir qué estudiar, pensé que la ingeniería está presente en prácticamente todo y que me permitiría ir hasta donde yo quisiera. Sin duda, tener referentes de ingenieras y científicas ha sido importante para mí. Mujeres como Gemma Roca Pallarès o Núria Salán, así como mis profesoras de especialidad científico-técnica del bachillerato (todas mujeres, por cierto) ayudaron a reafirmar mi convicción de que estudiar una carrera técnica era posible y una buena idea.

Es importante, porque somos alrededor del 50% de la población y no se ve tal proporción de ingenieras en ningún ambiente. ¿Cómo vamos a descartar esa cantidad de talento por prejuicios? Las mejores soluciones siempre salen de equipos plurales y diversos, con puntos de vista y realidades personales distintas. A esas jóvenes, les diría que la ingeniería es el motor del futuro y todas debemos tener la oportunidad y la responsabilidad de aportar lo que tenemos para intentar mejorar el mundo.